martes, 20 de marzo de 2018

Evaluación de competencias


Está claro que para que podamos evaluar por competencias, tenemos que haber diseñado una propuesta didáctica que sea correcta desde el punto de vista metodológico y que se organice de acuerdo con ciertos postulados pedagógicos asegurando que la secuencia aglutina los principios básicos para poder desarrollar un aprendizaje competencial. 
Si esto no es asumido por la comunidad de docentes, no es posible hablar de evaluación mediante el uso de técnicas e instrumentos que permitan observar y gestionar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Estas normas didácticas podrían ser, entre otras:
  • Es necesario que la secuencia didáctica se organice en fases como las que describe Fernando Trujillo en entrada, reto, búsqueda de información, curación de contenidos, resolución del problema, divulgación o publicación del proceso y de las conclusiones mediante una evaluación dinámica y constante,  (6:01:15 en el vídeo) o al menos, como se han venido describiendo tradicionalmente en las unidades didácticas basadas en el aprendizaje significativo; presentación, comprensión, práctica, evaluación y transferencia.




  • Es fundamental realizar la secuencia en diferentes espacios y ubicaciones. Usar diversos contextos y lugares. Una secuencia que se desarrolla siempre en el aula, con el alumnado dispuesto de la misma forma, no es tan rica en estímulos como la que se produce en variadas situaciones. Sacar a la chavalería del aula, ocupar el pasillo, invadir el patio, ocupar el gimnasio y la sala de usos múltiples. Permitir al alumnado que se mueva y se organice para trabajar nos dará siempre buenos resultados y facilitará la labor del docente como mediador.
  • Adoptar diferentes sistemas de agrupamientos del alumnado; desde el trabajo individual a los agrupamientos flexibles y el trabajo en gran grupo, pasando por la monitorización, el trabajo en parejas o pequeños grupos. La Atención a la diversidad lo requiere. 
  • Proporcionar al alumnado diferentes propuestas o actividades e itinerarios de aprendizaje. Es buena idea ofrecer alternativas junto a la posibilidad de efectuar el trabajo mediante diversos caminos. Un ejemplo sencillo, ofrecer la posibilidad de recoger el producto del trabajo en un mural, una entrada a un blog, una presentación de diapositivas individualizada o una generada de manera compartida.
  • Diseñar un producto final tangible, evaluable y concreto. Variar estos productos finales y definir muy bien la tarea a realizar. Organizar la agenda del proceso y poner fechas a este producto puede ayudar a organizarnos y a cumplir con los plazos.
  • Acompañar a la secuencia de una evaluación permanente, tanto del alumnado como del proceso y como no, de la labor del docente. Conocer bien los instrumentos a usar en esa evaluación. 
  • Pedir ayuda. De familiares, de docentes, de gente que sea experta en la materia que vamos a abordar... Invitar a personas diferentes al aula para compartir aprendizajes es una de las actividades que más nos enriquece y nos enseña.
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Imagen: pixabay

Algunos recursos sobre evaluación están recogidos aquí.

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