viernes, 20 de abril de 2018

Agrupamientos flexibles.



Imagen: Pixabay



Un recurso que tenemos a nuestra disposición los docentes para poder atender a la diversidad de nuestro alumnado es la posibilidad de organizar agrupamientos flexibles.
Dicha modalidad de atención se recoge en diferentes referencias legales que regulan la educación especial y la organización de las respuestas educativas dirigidas al alumnado que presenta por diversos motivos, un ritmo de aprendizaje diferente a lo considerado como "normal".
Está catalogada como una medida general previa a modalidades de atención más "radicales" o específicas.

medidas
Imagen: ambezar II


He tenido la oportunidad, a lo largo de mi experiencia profesional, de trabajar con muchos colegios ayudando en la formación, en contacto con muchos centros del profesorado de toda Andalucía y de alguna que otra comunidad como la vasca, la madrileña o la gallega y en muy pocos casos he tenido la oportunidad de ver dinámicas basadas en este tipo de recurso.

Creo entender el por qué de esta escasa aplicación basándome en varias ideas claves:

a. Todavía hoy seguimos pensando en la atención a la diversidad como la atención que deben recibir "unos pocos" frente a la mayoría de alumnos que reciben una educación "estandarizada". No hemos superado los inicios de la Educación Especial integradora y seguimos pensando en un grupo general donde se inserta alumnado (uno, o dos) que presenta una patología determinada que hay que diagnosticar. No hay término medio, o eres alumno de integración o no lo eres. Si lo eres, la responsabilidad sobre tu progreso deja de ser la misma responsabilidad que si no lo eres.

Las dinámicas de aula siguen siendo rígidas y no se incorporan proyectos o tareas que puedan ser semillero de productos compartidos. El ansiado cambio metodológico no se ha producido. Seguimos hablando de innovación cuando se realizan actividades grupales que necesitan del uso de recursos digitales, cuando esto debería estar integrado en el día a día desde hace tiempo.

b. El uso generalizado del libro de texto que está diseñado para trabajar en un ambiente de aula estandarizado donde la transmisión de conocimiento en una sola dirección es la base de la actividad en el aula y por tanto, no permite el uso de pedagogías inclusivas de manera fluida. Se adapta el libro de texto o se adapta el contenido implícito en el tema para que los alumnos y alumnas accedan al mismo, pero no se organizan o diseñan estructuras de funcionamiento que faciliten el trabajo entre iguales y la adaptación de los contenidos, ejercicios, actividades y tareas a diferentes niveles de funcionamiento.

c. Para poder aplicar el trabajo de manera que podamos agrupar de manera flexible al alumnado es indispensable que se organice el currículum por bloques de contenidos, al menos en las áreas denominadas tradicionalmente como instrumentales, ya que el agrupamiento flexible en estructuras que trabajan por temas, es imposible.

Creo que esta es la verdadera cuestión que deben plantearse los niveles, ciclos y claustros, facilitadora de apoyos, de tratamiento flexible en el tiempo y de la posibilidad de efectuar una verdadera evaluación continua a lo largo de todo el curso y ciclo.

d. La organización de recursos humanos supeditada a la distribución en tutorías y especialistas con un horario ajustado a diferentes reducciones como las del Equipo Directivo, coordinaciones de ciclo, de proyectos... que hacen que sea muy difícil la coordinación interna necesaria para poder realizar este tipo de medidas.

La organización de apoyos como medida de atención a la diversidad en los que "sacar" al alumnado de clase impera. No estamos acostumbrados a trabajar en parejas o de manera cooperativa en el aula. No sabemos trabajar de esta forma en la mayoría de las ocasiones, y eso es algo que debemos aprender como colectivo. Por suerte, esto sí está cambiando y ocurre cada vez con más frecuencia.

e. La formación de los docentes.

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